en los mares, que antes fueran navegables
y mejor guardar silencio…¡No me hables!
No quiero oír tu voz y que me agredas.
Erato se está ahogando entre sollozos,
la poesía muere al masticarla,
no puedes comprenderla, ni explicarla,
se encuentra entre las sombras y los gozos.
Se pierde entre los tintes de tristeza,
se muere lentamente y no te importa
y es tanta la presión que se soporta,
que siente que agoniza su belleza.
No saben valorar la poesía,
no saben expresar lo que es divino,
no saben transformar el agua en vino,
no quieren dedicar su pleitesía.
Son sólo unas palabras sin sentido,
que luchan por abrir un nuevo hueco,
no suena ya su voz, en dulce eco,
ni siente ya el compás de su latido.
Erato está muy triste y muy confusa,
se está olvidando toda inspiración
y siente un gran dolor su corazón,
no quiere ya seguir siendo su musa.
Eleva su plegaria, y entre toses
su angustia al Olimpo la dirige,
es tanta esa pena que la aflige,
que espera una respuesta de los dioses.
Escrito en Septiembre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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