las más finas pinceladas,
son auroras consteladas
de señales imprevistas.
Claro el sol, desde el ramaje,
se ha filtrado seco y mudo,
creando un cono y embudo
de amarillo en el paisaje.
Desde el lienzo, se escaparon
desmarcándose en el vuelo,
las aves en desconsuelo
y solitarias quedaron.
En su frágil aleteo
de incierta forma y matices,
cambiaron sus directrices
en tierras de Prometeo.
Descendieron condenadas
a una mortal existencia
y perdiendo su apariencia,
se vieron encadenadas.
Limitadas al espacio
de una galería oscura
y por su asombro perdura
su tristeza, por prefacio.
Pues el artista en su usura,
se cegó en su idolatría
y así lo convertiría,
en una vulgar basura.
El arte en silencio gime,
esta muerte declarada,
que en feroces pinceladas,
a la belleza reprime.
Escrito en 1985 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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