que, aunque mortal, el humano,
siempre ha tenido en su mano
el rumbo de nuestra esfera.
Responsable a tu manera,
eres del propio destino,
elige bien tu camino,
alcanza el que persevera.
Jamás te des por vencido,
nadie consigue sus fines,
si no coge por las crines
la ocasión que se ha ofrecido.
A veces llega tardía,
pasa una vez en la vida,
la logra, quien no descuida
su vigilia un sólo día.
Nunca des por imposible
un sueño o una ilusión,
hay que poner corazón
y un coraje disponible.
Para hallar en lo invisible,
una realidad futura,
en el tiempo se madura
y todo anhelo es posible.
No pongas fin a tus metas,
crecer, no es ser ambicioso,
tu espíritu es poderoso,
basta que te comprometas.
No dudes sí llegará,
lejana es la perfección,
educa a tu corazón
y al final se alcanzará.
Escrito en 1985 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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