miércoles, 21 de agosto de 2024

Guardando las apariencias.

Lágrimas sobre la almohada,
de un alma desaforada.
De un corazón que no quiso llorar,
por el temor de pecar,
de ser demasiado humano,
Ignorando de antemano 
que cuando surge un envés,
todo el mundo, alguna vez,
seguramente lloramos.


Quedó seco, embrutecido 
en su dureza exterior,
aunque en verdad, su interior 
era el de un pájaro herido.


Por salvarse en la apariencia,
ante los ojos ajenos,
sumergiéndose en los cienos,
se le embarró su existencia.


Así son nuestras conciencias,
en la apariencia mostramos,
lo que no somos, y estamos 
sumidos en la impotencia,
no sabiendo a dónde vamos.


Tanto cuidar la apariencia,
que hasta nos encadenamos 
de una brutal penitencia,
haciendo alarde y presencia 
en nuestras carnes mortales,
el peor de nuestros males.


Y sí por fuera, cantando 
el alma parece estar,
en su interior, un pesar,
despacio la va minando.

Escrito en 1985 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




 

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