viernes, 2 de agosto de 2024

No os estimo.

No estimo a las gentes y sin embargo 
creo en ellas.
Creo en el individuo que es capaz de
desarrollarse.
El límite nunca es suficiente para dejar 
de caminar.
La meta no es el final, sino el comienzo 
de otra nueva aventura.


Me proclamo desertor de mi clase social,
lo cual demuestra que no estoy en la manada
si acaso lo estoy, sólo asisto al espectáculo 
de las mentes descerebradas que se resignan 
con su sino.


Sea como fuere, mi nacimiento no determina 
la forma en que he de vivir o morir.
Soy responsable de mi propia vida y procuro 
vivirla con dignidad.
No pretendo la gloria, 
pero si un reconocimiento. Soy humano,
muy a pesar mío.


No puedo solucionar mis defectos 
de fabricación, pero si las holguras 
de mis vicios.
¡No me digáis que todos somos iguales!
Nadie lo es y quien lo piense,
 agrega a su propio peso, 
el peso de su ignorancia.


No os estimo a la inmensa mayoría,
pero amo a la gente que ve más allá 
de lo que alcanza su vista.
A los que creen que aún tenemos remedio.
A los que siembran el trigo, con la esperanza 
de verlo florecer.


Escrito en 1985 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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