no ha de sobrarle,
la huella que nunca
ha de alcanzarle.
Los pies en la arena,
“dama sumisa”,
la ola que llega,
crece deprisa
y cubre en su lamida,
¡Tanta huella desmedida!
Así son los hechos
que forman la vida.
Unos perpetuados,
son la huella dulce
que nada deja hollado.
Otros desmedidos,
atroces en medio
de tanta oquedad…
Acaban vencidos,
terminan borrados
por la mano justa
de una tempestad.
Escrito en 1985 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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