domingo, 4 de agosto de 2024

Nosotros.

¿Cómo colmar tus labios sedientos,
sí mi boca está sedienta de ti?
Abrazo un imposible, pero soy feliz,
la distancia no importa.
Mi amor es arco, que siempre puede 
ser tensado un poco más.


No me colman ni el sexo, ni la palabra,
sino esa caricia, que como el viento 
rodea mi cuerpo, rendido a la ternura 
de una mirada que derrama miel
y a unos brazos que moldean mi cariño.


¿Cómo frenar ese síndrome de ausencias,
que hace de nosotros, dos extraños 
que se aman?
Sí, tal vez sea el dolor quien aumente 
los deseos y cuánto más te pronuncio,
más noto esa fuga, que de mis labios escapa
y se prende sobre tu pecho.


Dos hogueras que se consumen, sin llegar 
a conocer el origen de las llamas.
Dos vertientes, dos cauces que quieren 
fluir a un mismo tiempo.
El mar no ha llegado hasta el remanso,
o tal vez nosotros no hemos llegado aún 
a dicho remanso.


Debemos estar locos, nuestro mundo 
es una quimera, una leve espuma, por encima 
de la línea de flotación de la realidad.
¿Emergemos o nos hundimos?
¡Ah! ¿Quién sabe qué es amar?
Somos náufragos en una playa limítrofe 
con el cielo.
No alcanzamos el horizonte, porque 
nuestros sueños nos pesan 
sobre los párpados.


Quien conceda un ápice de luz a la esperanza,
encontrará su propio resplandor.
Confía, cercano está el amanecer.
Nuestros cuerpos desnudos, brillarán 
al despuntar el alba.


Escrito en 1985 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario