viernes, 30 de agosto de 2024

Un buen hermano, un buen amigo.

Como un tumulto de ecos lejanos,
sus voces quedan en mi recuerdo,
que en la distancia, a veces pierdo,
de mis amigos y mis hermanos.


Ellos se fueron, ya no los siento,
pues se marcharon sin despedidas,
la ingrata muerte truncó sus vidas,
cuando sus risas fueron sustento.


Quise a la muerte, robar su instante 
y atesorar todos los encuentros,
para guardarlos en mis adentros,
pero la parca se puso un guante.


Y sigilosa, en un descuido,
ya no advertí que se los llevaba,
pues su silencio, no lo esperaba,
sólo pensaba en lo que he vivido.


Su compañía fue una lisonja 
de sensaciones en la amistad 
y he de decir que, mi realidad 
era absorbente, como una esponja.


Todos tuvimos algún amigo,
o algún hermano en el corazón,
llevando idéntica vibración,
fueron ejemplo y mejor testigo.

Escrito en Agosto 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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