sábado, 23 de abril de 2016

Al calor de unos besos

Como una estrella inscrita,
grabada con el fuego
de una adolescencia fugaz,
en un hálito de aéreas nubes
o sueños en desvarío.

Un perro ladra a la luna,
sin entender su brillo,
ni su maquillaje mortecino.
Un frío en cada mirada, que sin pronunciarse,
lo dice todo, el acero de una espada,
en la palabra.

Nadie escucha un lamento de piedra y limo, 
que surge desde la entraña vacia,
hasta un corazón deshabitado 
y una búsqueda inaudita,
en el páramo del olvido.

Rastrojos de recuerdos y hielos que en el alma,
que se deshacen en el calor de otros brazos.  
Al abrigo de la aurora los pájaros sueñan
un sol de miel, derretido al calor de unos besos.  

Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"

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