sin sangre e ileso.
Temeroso en los encuentros
de la carne en sus adentros .
El alma está descuidada,
en una búsqueda ansiada.
donde el deseo crece,
en la carne que florece.
Vibra el hueso en los rumores
de la sangre y los amores
y se produce el destello,
procurando, que lo bello,
libere su encanto preso,
Por la sangre, la carne y el hueso.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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