donde la noche mece el encanto
de la escasa luz de las estrellas.
La tibieza de un beso en el borde del labio,
dispuesto a rodar sobre el perímetro
de tu boca.
Cuerpo hecho de amor, recamado de ternuras
y esa dulce piel extensa e infinita,
en un cielo de agua vertida
en lluvia de parpadeos incesantes.
Tu vientre es la depresión, donde se convocan todos los placeres,
buscando el arco que acaricia tus caderas.
Tus cabellos sobre mi pecho,
deshilachando mis sueños, mientras
acaricio tus muslos tibios de pan reciente
y deseo encontrar el agua más pura,
la que nace de los ríos de tu placer.
Descubro la luz y el destello de oro
de tu corazón en la profundidad
de tu mirada y busco tu boca, fundiendo
mi cuerpo en el tuyo, mojándome en ti,
en el rocío que me ofrece,
esa flor tan bella, que tu abres para mí.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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