con la espuma de los sueños,
entre mis blancos cabellos,
un suspiro encerrado
en la última lágrima y otra meta,
sobre el horizonte de mis aspiraciones.
En un periodo de mi vida,
en el que nada espero
y sin embargo, queda mucho por hacer.
Crece una joroba en mi alma,
con el peso de los desengaños
y traiciones.
Soy fuerte, por sobrevivir
a mi propia muerte, cuando parecía,
que el alma se escapaba de mi
y no me asistían mis fuerzas.
He muerto, si,
para resucitar más fuerte y renovado,
más sabio y convencido.
A pesar de todo el dolor sufrido,
a pesar de las cicatrices que dejaron
la traición medida y meditada.
A pesar del odio, cocinado a fuego lento
y sus malas digestiones.
A pesar de tus muchas mentiras
y mis escasas, pero firmes verdades.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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