esa mirada, que sea capaz de ver,
todo el amor que atesoro
y deseo compartir.
Quiero navegar en un mar de ausencias
y quedarme varado en tu playa,
a orillas de tu falda, con vuelo
de ave peregrina y aromas de flor reciente.
Hay un nido de ternuras que tu boca rebosa
y adivino en el sabor de un beso.
Unos ojos puros e inmensos, balcones
de inocencia y esperanza.
Rios de espumas y caricias tibias, solares,
una reina luna en una constelada noche,
para amarnos y descubrir cuánto amor,
cabe entre dos cuerpos amantes,
cuando las sombras son cómplices
y el silencio es el callado vigía que guarda
nuestro placer, entre murmullos y suspiros.
No hay cielo posible, si no encuentro
mis piernas enredadas en las tuyas
y tus cabellos en madejas deshilachadas sobre mi pecho.
Si no llueve bajo el tejado de nuestras ilusiones,
corazones de humedad y dulzura y las estrellas caen
desde los cielos, hasta nuestros párpados,
en un sueño de amor que deseamos perpetuar.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"
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