aún con riesgo de perderme en mi camino,
decidí que ese sería mi destino
y así puse el corazón por encontrarte.
Malgastando fui, los pasos de mi vida,
obcecado en mi meta y mi intención,
el temor se diluye en la ilusión
y no sientes ni el dolor, ni las heridas.
Bajé al Averno, de la mano de Dante,
que también suspiraba por su amada,
cuando al fin mi tarea fue acabada,
recibí desde tus labios un desplante.
Amargado me marché con mi dolor,
con el llanto que dejó la incomprensión
y pensé que si no hubo corazón.
¿ con qué parte de tu ser me habrás amado?.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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