sábado, 16 de abril de 2016

El ave sorprendida por la Aurora

Tu cuerpo es la aurora, 
ante una noche de ciego instinto.
Recobrada luz ante una escena de lienzos
o sábanas, donde todo el amor,
tiene cabida entre sus pliegues.

Un beso sorprendido,
ave fugaz que vuela desde el nido
de tus labios y esa candidez, hecha caricia,
durante ese instante en que los sueños,
moldean el brillo de tu estelares ojos
y la perfecta curvatura de tus caderas.

Cada uno de tus poros respira,
una atmósfera de amor, secreto guardado
en las cavidades de la noche.
Soy una brizna de hierba en el caudal
incesante de tu transparencia, en agua
de emociones y un remolino de pasiones
bordadas sobre tu piel.

Tus caderas son el arco de un puente,
que directamente alcanza el cielo
y  en tu cuerpo tatúo mi amor
con mis besos, dándoles la libertad
de ascender hasta tus coronados 
pechos desnudos.

Eres el amanecer de mis días,
el sol de lluvia y nostalgia
y la flor que nace en mi corazón,
cuando no hay mayor propósito,
que encontrar un amor
que derrame sobre nosotros
todos sus dones.

Escrito en 20016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"


No hay comentarios:

Publicar un comentario