el mundo se desvanece.
Los colores se difuminan y pierden,
borrados por las lluvias y las lágrimas,
caminan todos en la misma dirección
y no hay encuentros, ni abrazos.
Las palabras han sido sustituidas
por mensajes de texto, y las sonrisas,
por emoticonos, que no reflejan,
ni la tristeza, ni la soledad que veo
en sus ojos.
Fuera de mi jaula,
no hay luz natural, sólo de neón
o led, creando fantasías cibernéticas,
con una marcada psicodelia,
tal vez drogas visuales, para crear
paraísos artificiales.
Todos cuantos me rodean, son nadie,
porque les hicieron creer, que no sufrirían,
si pasan desapercibidos,
cuando en realidad, todos somos manejados.
Fuera de mi jaula,
nadie desea volar y a mí,
me cortaron las alas.
Tan sólo, con paciencia, esperaré
a recobrar en ellas las plumas necesarias,
para remontar de nuevo el vuelo,
salir de esta jaula y convenceros,
para hacer un nido más confortable.
Escrito en Abril 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”Zuhaitz".
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