viernes, 18 de marzo de 2016

Algunos mueren sin saberlo

Cadáveres sin conciencia, ni tino,
sobre las flores marchitas,
caminando con los ojos vacíos
y una tristeza dura, de minerales
ausencias.

El alma perdida en los caminos polvorientos, el destino pasó a ser un vago recuerdo y no quedan constancias
de sentimientos o emociones.

La vacuidad del corazón y los cristales rotos 
de todas las malas experiencias.
El carmín borrado de los labios, para que ningún beso, 
pueda llegar al alma y devorarla,
insaciable, con un hambre injustificada.

La razón y la ilusión perdida, ante la muerte del amor.
Frío entre los huesos, desprovistos de carnes estremecidas por los suspiros,
resecas carnes sin vida, cuando el párpado se cerró, por última vez,
negándose a abrir los postigos de las ventanas,
Para dejar entrar las últimas luces de un aciago día.

Cadáveres que caminan sin saberse muertos,
porque confunden su hedor, con el aroma que desprende la corrosión que produce su propia ignorancia.

Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"






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