lunes, 7 de marzo de 2016

Demasiado tarde

No cabe en el orinal
el exceso de tus caderas
y esas palomas blancas,
atropelladas, que figuran
en tu pecho, emulan unos sórdidos senos,
enfermizos y faltos de amor.
Secos y enjutos, áridos,
perdidos en un valle sin flores, ni halagos.

Con una vejez prematura que avanza,
como un caballo desbocado,
que se precipita al abismo.
La piel arrugada y los ojos con la tristeza,
del tardío arrepentimiento,
de un amor que se negó y ahora
emerge desde el fondo de la memoria,
cuando es demasiado tarde y los huesos
sueñan con el eterno descanso.

Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"

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