de las miradas perdidas,
durante el deshielo de la realidad.
Hay una hoguera de inquietudes,
que crepitan como corazones quebrados
por la indiferencia y el abandono.
Ojos vacíos y tristes, con el gris pesaroso
de las ausencias y un resumen de vida
en los temblorosos labios.
Veo una vida paralizada en el último andén
y una espera infructuosa,
La vida pasando a ralentí y quedando
una monda de constancias, como recuerdo
de lo que quisimos que fuera... Y no fué.
No hay carpeta tan grande, para archivar
una vida, cuando la edad es una ventana
con miras a un pasado, aún reciente,
humeante en la memoria.
Haz todo lo que desees hacer,
de nada sirve el lamento, cuando los recuerdos
forman un sólido muro en tus remordimientos.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito ."zuhaitz".
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