martes, 15 de marzo de 2016

La Muerte de la Abeja Reina

Ella, el principio  de todo,
despertó, cuando las abejas
agitaban el aire con sus alas
y esparcían el polen, dorando
la tierra con su polvo.

Ella, abeja reina, todo el universo,
girando en su entorno.
Amor planetario, entregado 
a la órbita de su ser,
en un trono más elevado
que su propia realidad.

Todas las órbitas giraban 
ante su presencia y se doblegaban
los vientos, amainando su furia,
ante su destello.

Era Abril y luna, derramaba furia de sol
y dejaba un rastro de sombra 
en presencias de mármol y ojos
de noche desvelada.

Quiso poseer cielo y tierra,
sin saber que se hallaba
en ciudades de hielo, con la escasez
de firmeza y horizontes de nubes
deshilachadas.

Poco duró su reinado, bajo el peso
de su insufrible realidad,
No supo aventar las nieves,
que trajo el viento, ni caminar
sobre el hielo que se desprendía
de su fría arrogancia.

Murió dentro del laberinto 
de sus propias contradicciones,
con el temor en el borde
de sus trémulos labios, 
sin preguntas, ni respuestas,
sin nadie que la echara de menos,
porque a nadie le concedió el acceso a su reinado.

Escrito en Marzo 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz 
"








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