la traición sellada con un beso
y la indiferencia como denominador común.
Caricias que aletean, palomas perdidas
en el ático de nuestros pensamientos.
Una lágrima acerada y fingida,
para simular un dolor inventado,
de cara a la "galería".
Todo es perfecto, la trama urdida,
sobre el terreno de juego.
No es amor, es estrategia
concebida para nuestro beneficio,
crucificando la verdad y mintiendo
cuanto sea necesario para lograr
el fin.
Doce años no son nada, frente
a la traición desarrollada.
El dolor y la sangre no importan,
pero se ignora el fuego del espíritu,
ese que cierra y cercena toda infección,
cauterizando la falsedad de las palabras.
Palabras de doble filo que dejarán las venas al descubierto y nuestras más oscuras intenciones.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo
Luis Díaz Expósito. " Zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario