la suavidad de un beso alado,
para anidar en tu boca.
Tu mirada en el vuelo
de todas las notas pérdidas
de un piano romántico
y tu cuerpo, con la afinación perfecta,
para que suene la más bella música,
en la inspirada caricia.
Armonía de seda y tul, con la ternura
de la espuma y la nube, en perfecta conjunción
entre mar y cielo, durante ese breve espacio,
en que el sueño permanece en la memoria,
aún con los ojos abiertos, en un reciente despertar.
El cielo derramado en miradas de azul cristal
y reflejos áureos de un amor cálido,
guardado en el cáliz Inmaculado
de un pecho que brota en la emoción, enamorado.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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