sin velos, ni sombras
de oscuras intenciones,
sin mentiras, guardadas en la trastienda.
Nítida, como el día que promete,
una apertura al sol y un reinado de luz.
Busco esa mirada, sin la ira guardada, sin temor,
con la pureza de agua cristalina, que besa
a la tierra enamorada..
Esa cálida mirada, que conforta al corazón solitario,
que llora, si lloro y ríe, si río, con esa empatía
de gotas de agua sucedidas, que forman
un inmenso mar de amor, donde sumergirnos de nuevo
y encontrarnos, puros, inmaculados
y recién nacidos.
Busco esa mirada que se perdió en la infancia
y quedó guardada en áquel viejo armario,
abandonado en el trastero.
Escrito en 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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