sábado, 12 de marzo de 2016

Ojo en el Cielo

Rayos de sol, arpas de luz, 
arpegios de viento, silbando
a través de los árboles.
Duendes antiguos, que narran 
viejas historias y leyendas
de magia y espadas de acero.

La mañana camina sobre verdes veredas
y caminos angostos de piedras fatigadas.
Bajo el sol, las aves recortan negras siluetas
y sombras como apóstrofes, para acentuar
una jornada, que huye y se esconde,
bajo las escasas nubes que emergen
tras de la cima de las montañas.

El juego de luz y sombra, con un fondo agreste
y una promesa de cálido abrazo.
Diáfana luz y diadema del día, que corona
la labor diaria, entre el sudor y la tierra removida.

La semilla  de luz y dorada simiente de sol,
a la espera  del beso de lluvia que la fecunde.
Todos los propósitos necesarios, bajo la cúpula celeste,
como un gran ojo marino, que nos vigila expectante
desde las alturas.

Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz "





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