las escasas flores que encontré,
tenían espinas aceradas.
A veces escucho voces impregnadas
en el bálsamo del amor y me calman
el sufrimiento.
Pienso que están lejos y quisiera
sentir su claro aliento vibrando
en mis oídos.
Tengo que salir y llenar mis pulmones
y mi alma de aire nuevo, apagar el falso brillo
de las mentiras y encender una a una
todas las velas que brillaban
en mi esperanza.
Tengo amor y mi frente coronada
con una mirada en paz,
mi sonrisa, antes marchita,
volverá a florecer.
Debo echar mucha tierra
sobre doce años de una mentira,
que se sujetaba con los débiles hilos
de una truncada ilusión .
Debo amar, sentir de nuevo amor,
puedo y quiero.
Las mentiras caen por su propio peso
y algún alguien, no entiende, que no soy yo
quien condena u otorga
el perdón o el castigo.
Son sus actos los que coronan su frente
de hermosas flores o de espinas.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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