miércoles, 23 de marzo de 2016

Entregarme a ti en cuerpo y alma

Beso tu frente, coronada de paz
y tus ojos de almendro florecido,
en el valle de la ternura.

Quiero ser afluente de tu inmensidad,
beber el amor, que nace en el lecho
de tus sueños más perlados y serenos.

Perla de luz irradiada, desde la profundidad 
y negrura del firmamento de tus bellos ojos.
Soy estrella errante en tu noche,
buscando el amanecer de tus labios,
nubes de encendido carmín en un soñado beso,
de constelado a astros.

Cuerpo de lluvia y hojas tiernas de selvática espesura,
que guardan todo el candor, húmedo y cálido,
que tu boca atesora entre el brillo níveo
de tus dientes.

Cuerpo de dunas cambiantes, donde el viento
es el recuerdo perenne de unos dedos,
que se deslizan sobre tu piel, en delicadas caricias.
Amarte es buscar el contacto con el cielo,
besar la eternidad, al rozar tus labios 
y sentir en mi cuerpo un rubor que va subiendo,
como vapor emergente hacia las cumbres de mi frente.

Quiero entregarme a ti en cuerpo y alma,
mujer de mis sueños y mis anhelos.
Ser espuma de jabón en tus manos,
caricia de brisa en tu cuerpo,
ser cauce y desembocadura 
de tus más íntimas humedades 
y la abeja que libe la miel que tu cuerpo destila.

Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz" 






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