jueves, 31 de marzo de 2016

La Rosa y el Martillo

A la precariedad le pintan
unos bigotes de responsabilidad
de firmeza y sobriedad.
Sobre la pendiente, se ve 
el desnivel entre todos los estratos sociales.

La rosa de la libertad, tiene espinas aceradas
y nuestras manos están  desnudas,
al igual que nuestra fé 
y nuestras convicciones.

Es preciso un martillo grueso,
con la fuerza de todas las ideas 
claras y justas, para abrir
con el cincel de la palabra,
un hueco en las conciencias.

Palabras plenas, apoyadas con hechos,
sin la vacuidad de las promesas de cumplido
en las campañas electorales.
Palabras vivas y resueltas, como rios desbocados.  
o torrenteras que confirmen, que la fuerza que les asiste,
se basa en la solidez de los hechos,
demostrados y palpables.

Realidades de roca y hierro, como el carácter
que quien las firma y rubrica.
Busco a quien tenga tal fuerza en sus palabras
y convicciones, que luche hasta la muerte,
por mantenerlas siempre a la misma altura y brillo,
como espada defensora de la justicia y la razón.

Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"







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