el asedio.
Un pábilo apagado y perdido,
en el odio desmedido.
La tristeza tiene sombra
y el hastío, el desvarío
con un nombre que no se nombra.
Uno se encuentra así mismo,
después de los cataclismos
y tras de las decepciones,
mil razones,
para sepultar en vida,
a esa mala partida
de mentiras y traiciones.
Aunque negó mi conciencia,
ahora comprendo esa ciencia,
que se apoya en la violencia.
Tu eres tu mejor amigo,
elimina a tu enemigo.
Si quieres cambiar tu suerte,
busca primero su muerte,
acaba con tus enojos
y líbrate de los piojos,
que jamás se necesitan,
a quienes te parasitan.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"
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