del plumaje de la sutilidad,
bebiendo una luz que no es suya,
de unos ojos esclarecidos,
que amaron su imagen, cuando tierna
y ahora reseca, como un cadáver
expuesto al sol.
Arpía del desamor, con sobrepeso
de egoísmo en su corazón
y el alma, devorada por los buitres
que anidaron en su propio orgullo.
Parásito del amor, del cual se sirvió
para arrancar sus ojos puros,
mientras copulaba.
Mantis, que fagocita al macho,
buscando apagar sus apetitos,
insaciable en su mezquindad,
con una mentira roja y mortal
en sus lívidos labios.
Ignorante, escarbando entre la basura
de su inconsciencia, caerá sin remedio
entre las pinzas de otro coleóptero,
de su misma naturaleza, pero más temible,
dado que su fama depredadora la precede.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"
No hay comentarios:
Publicar un comentario