lunes, 2 de noviembre de 2020

Como bruma disuelta en mis sueños.

Quiero vulnerar tu soledad en cada encuentro.
Ser la llama que trata de beber el aire
que te circunda, sin conseguirlo.
Rodearte con la espuma de mis anhelos,
en la vertiente inconclusa de mis brazos,
ávido de ti.


Eres bruma que escapa entre los árboles,
con la complicidad de un sol, que esplende
en tu mirada.
Te vas, retornando a tus abismos de silencio,
sin cerrar nada, sin alterar nada.
Estática y huidiza, lejana en una ausencia 
de susurros y caricias.


No se puede consumir el aire con la brevedad
de una llama, aún necesitando del mismo aire
para subsistir.
Se va apagando el furor contenido 
en el deseo, entendiendo la magnitud 
de la ingravidez que muestras, 
ante la incapacidad de retenerte,
aunque tan sólo, me baste un instante,
para que la llama de mi amor brote de nuevo,
en un inútil intento de captarte, aérea
y fugaz, estrella inalcanzable, en el firmamento 
que a mis ojos deslumbra.

Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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