espera a mañana y así te la envuelvo.
La noche termina, cuando empieza el día
y la noche es nuestra ¿Verdad, vida mía?.
Trasnocho y me tomo un café cargado,
porque me desvelo y no quiero dormir,
en la noche tibia, te quiero sentir
y eso estoy seguro, que ya lo has notado.
Te beso despacio, bebiendo en tu boca
el licor que dejas brotar de tus labios
te miro muy cerca y eso en mi provoca
un febril deseo y un juicio muy sabio.
No tuve noticias de tu aparición,
aunque suene raro, no leo la prensa,
confío en mi instinto y hago lo que piensa
mi mente al dictado de mi corazón.
Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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