al mismo compás en que fluyen
mis pensamientos .
Los recuerdos son caramelos, que el tiempo
va desgastando, de tanto lamerlos
en la memoria.
Las viejas fotos amarillean en el cajón
de la mesita, y las que hicimos a todo color,
han perdido los tonos rojos y amarillos.
Pasa el tiempo sobre mis cabellos y mis pies,
caminan ahora a ritmo más lento.
Durante una pausa, sumergida
en la introspección, vuelven
mis adorables muertos .
Aquellos que no sólo pasaron por mi vida,
sino que hicieron nido en mi corazón.
Los siento más vivos y más jóvenes
que nunca, guardé en mi alma
lo mejor de todos ellos y ha sido
como una cura milagrosa o una resurrección,
porque en realidad...
nunca estuvieron muertos,
siguen vivos en mi corazón
y en mis pensamientos.
Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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