miércoles, 25 de noviembre de 2020

Siempre permanecéis conmigo.

Agito la cucharilla y muevo el café en la taza,
al mismo compás en que fluyen 
mis pensamientos .
Los recuerdos son caramelos, que el tiempo 
va desgastando, de tanto lamerlos 
en la memoria.


Las viejas fotos amarillean en el cajón 
de la mesita, y las que hicimos a todo color,
han perdido los tonos rojos y amarillos.
Pasa el tiempo sobre mis cabellos y mis pies,
caminan ahora a ritmo más lento.


Durante una pausa, sumergida 
en la introspección, vuelven 
mis adorables muertos .
Aquellos que no sólo pasaron por mi vida,
sino que hicieron nido en mi corazón.


Los siento más vivos y más jóvenes 
que nunca, guardé en mi alma 
lo mejor de todos ellos y ha sido
como una cura milagrosa o una resurrección,
porque en realidad... 
nunca estuvieron muertos,
siguen vivos en mi corazón 
y en mis pensamientos.


Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario