viernes, 6 de noviembre de 2020

En lid entre la pasión y la razón.

El círculo se completa y la luz penetrará
por los huecos de los silencios desmadejados.
Sobre el hielo se deslizan frías miradas
y se  caerán todos los argumentos,
cuya base carezca de solidez.


La vida es una agresión a la calma,
en la que su dinamismo, descerraja
todos los postigos, porque en las ventanas,
aún quedan algunos nidos enmarañados 
entre abalorios.


Arcaica es la voz que se pierde en los confines
de la tierra, fuera de su eje 
y sin la prolongación de su eco.
Con la justa reverberación de una garganta,
sentenciando el pálpito detenido 
sobre el pecho, en espinosa flor hiriente.


Sobre la superficie del agua, todo flota,
ajeno al temor y al descubrimiento 
de los tesoros sumergidos,
 en las profundidades.


Recia cabalgadura, la mente inhóspita,
abierta hacia los abismos insondables 
en su avidez de conocimiento.
Quedan huellas o cicatrices en el alma,
a golpe de martillo o experiencia sobre 
las sienes, abriendo cerraduras de conciencia 
a la razón.


El círculo se completa y la luz penetrará
como labio inacabado o espada que hiende
el pecho, agitando la sangre, 
que del corazón fluye.
Es el fluido caliente en un órgano de vida,
que cubre el pensamiento y la razón,
cuando los sentimientos escapan de su cauce,
fugitivos y solemnes.

Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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