jueves, 5 de noviembre de 2020

Viento de Vida.

Que el viento se lleve el enojo y la ira,
que su impulso lleve el odio muy lejos,
vivamos con calma, hasta hacernos viejos,
que todo recobre su punto de mira.


Y observe callada al árbol que crece,
al entorno verde, donde el río fluye,
que todo nos sea un amor que construye,
al ver nuestros ojos, que todo florece.


Que el viento se lleve la rabia y la pena,
no quiero unos ojos que puedan llorar,
si no es de emoción, contemplando el mar
y así de belleza, deje el alma llena.


No quiero la sombra, si no es por su juego 
de luces que bailan y acaso, se escondan,
que sean los  ecos los que nos respondan,
hallando en tus ojos un álgido fuego.


Que quede en mis ascuas la viva proeza,
de hallarte reciente en amor profano,
que nunca me niegues calor de tu mano 
y jamás declares mi frágil torpeza.


Que el viento se lleve, de otoño, sus hojas,
que pase el invierno, viviendo en la espera 
de poder brindarte una primavera 
y que su frescura, pronto la recojas.


Que el viento nos hable, muy suave al oído,
que cuente la historia más dulce sentida,
que sea el reflejo más fiel de mi vida,
que contigo al fin, habré compartido.

Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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