si preso en su languidez,
se multiplica por diez,
mas, no es el tiempo que quiero.
Quiero un tiempo, que en su roce,
señale cada segundo,
no quiero dejar el mundo,
si no me ofrece su goce.
Un tiempo para vivir
un segundo en la consciencia
de hallar la clarividencia
del goce qué es existir.
Aunque lleve sufrimiento,
sin duda habrá más placer,
no hay noche, ni anochecer,
sin luna en el firmamento.
Ni un día sin su arrebol
y aunque en la niebla se esconda,
habrá un tiempo, en que responda
con su luz, un nuevo sol.
Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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