la luz de la alborada.
Sin tener en mi boca el sabor a sal
de tu piel de sirena.
Sin abrir el secreto, que unge a los amantes
de un amor compartido .
Quise fluir como arroyo claro,
pero se ocuparon en ensuciar mis sueños
y borrar cada color que iba llevando
sobre la paleta, con la que quise pintar
armónicamente mi vida.
Quise plasmar la belleza, amando y tan sólo
me quedé con mis papeles, en la soledad
de mis poemas.
Escribo sobre vendajes de papel,
que ocultan las heridas del alma, mientras
esperan sanarse o gangrenarse.
Bebo mis angustias en una redoma
de vidrio, con los bordes esmerilados
y me río de mi fortuna, nacida tal vez
de mis fracasos.
He de nacer de nuevo a la vida,
como verso escrito, sólido y perenne,
hoja que mecida al viento, busca su destino
entre las finas capas del aire.
Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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