sujeta un arma, la razón se halla en disputa
con los actos venideros.
El tigre del odio, camina con silencioso paso,
antes de abalanzarse y despedazar
así a su víctima.
La serpiente sale de su guarida
con engañosa actitud, sinuosa, acariciando
el lecho de hierba fresca, por el cual se mueve.
Luego es la celeridad de sus colmillos,
la que clava su ponzoñoso veneno
en la garganta descuidada, impidiendo
que su voz se pronuncie y ni siquiera
el eco repetirá sus pensamientos.
Tal es la naturaleza humana, que hay lenguas
que hieren el alma, como látigo abriendo
la carne inocente y lanzan promesas,
que hierven en una olla,
donde sus malas intenciones, se cocinan
a fuego lento.
La política es el arte de la seducción
del engaño, regalando a los oídos
aquello que ansían escuchar,
mientras sus manos forjan las cadenas
con las que tratan de esclavizar
la voluntad del pueblo.
Escrito en Noviembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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