emana en su constancia ?.
Ese devenir de aguas inconclusas
o cristales diamantinos, que a veces
al ser hendidos, producen ojales por donde
entran y salen, risas y cantos.
Otras se hieren y sueltan estrellas de sangre
sobre la piel.
Aristas del llanto, que se encuentran
como frías escamas, papel mojado
o una angustia con sabor a recuerdo añejo
y rancio.
Pero…¿Qué pensar? o ¿Porqué no?
¿Quién sabe? Pesa tanto sobre la mente
las horas, mientras las imágenes caen
y vuelven a caer, se elevan y resucitan.
Si estáis todos y cada uno de vosotros,
ya nada importa.
Somos y seguiremos navegando, volveremos
a un mismo mar, repleto de círculos
y estelas, donde llenar nuestros ojos,
que buscarán un horizonte donde podamos
anclar nuestros anhelos y esperanzas.
Escrito en Octubre 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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