en esas calles desiertas
o esa larga avenida,
con la mirada perdida;
tras de mi, cierran las puertas.
Y veo…
enormes escaparates,
junto a las calles, brillando
y esas torres, completando
los urbanos disparates.
Que anuncian…
con el neón de sus luces,
que eres un consumidor
de un sistema explotador,
que vende lo que produces.
Se denuncia…
con horror, las inflaciones,
la crisis en el mercado,
( abominable pecado
del mundo, en estas cuestiones ).
El colmo…
es creer en las rebajas;
lejos de ser verdaderas,
sirven como tapaderas,
para ocultar sus migajas.
Es obvio…
no existe la democracia
y el tonto que se lo crea,
hará que más tonto sea,
para colmo de desgracia.
Calcula…
esto es fácil de entenderse,
cuanto más gente reunida,
más fácil será sometida
y antes podrá deshacerse.
Disimula…
pues quien levanta sus brazos,
chillando, que no hay derecho,
cierran el grito en su pecho
y se lleva dos tortazos.
Valora…
antes de hablar con las gentes,
que todos “ somos muy buenos”
y están los sepulcros llenos
de personas muy valientes.
La hora…
de justicia, no ha llegado
y hay que esperar su momento,
para evitar el tormento
de estar preso y confinado.
Tal vez…
en un día muy lejano,
cuando se muera el recelo
y no nos tomen el pelo,
podamos darnos la mano.
A ver…
si al final despabilamos
en hacer bien los quehaceres,
porque en estos menesteres,
bastante tiempo llevamos.
Al final…
tengo el valor
de no intentar ocultarlo,
así que he de confesarlo…
Soy urbano pensador.
Escrito en Enero 1982 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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