La lengua incorrupta del fuego,
quemando a golpes de olvido,
los malos recuerdos, las malas presencias.
Un brote de indiferencia en el gesto
y una resolución de hierro sobre la frente.
Lanza el óxido y el ocre al mundo
y quédate con el perfil satinado de la palabra
y su forma, para moldear
la buena compostura.
Para ti, el renovado Abril.
La flor tierna y sincera.
Deja a los demás sus Noviembres
de envidias, para ocultar la tristeza
de Diciembre, en sus miradas.
Tú y yo, lo sabemos
y enhebramos corazones
con guedejas de suspiros.
Hacemos Sol y Cielo,
abriendo de par en par
las puertas de nuestras sonrisas.
Toma la llama de Abril
y la espada del olvido,
para cortar sus lenguas
y arrancar de sus ojos
todas sus miserias.
Toma la fuerza que brota de la tierra,
para sepultar sus voces y tus miedos.
Escrito en Julio 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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