Me sorprenden los corceles de la noche,
“haciendo novillos” al sueño.
La tierra bajo tus pies y una espuma cantarina,
concentra ríos entre tus muslos y mi memoria.
Tu nombre se escribe con tiza
y agua de lluvia agredida en el silencio.
Un cascabel para quien sepa afirmar
y oponerse, al mismo tiempo.
Las estaciones del año se detienen
en tu cuerpo formando dunas,
mientras todas las estrellas se apagan
en mi mirada.
Escrito en Noviembre 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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