Ella lo ahorcó con una de sus pestañas.
La locura fue servida en plato llano,
para que la cordura escapara por sus bordes.
Imaginaba su redención a través del dolor
y se equivocaba.
Fue la víctima propiciatoria, sobre el altar
de un placer que no le correspondía
y terminó siendo condenado
a fallecer de dolor y resucitar de nuevo
ante una promesa que jamás fue cumplida.
Escrito en Octubre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario