en la sima de tu boca y cordilleras,
estridente queda el labio, tembloroso,
discurriendo por sus álgidas laderas,
seco en su sonido, decantado,
desnudo de su brillo y temeroso.
Del trémolo, la voz se ha acobardado,
antes, gacela graciosa y ligera,
que crecía entre las notas de su esposo.
El ritmo que vibraba en su carrera,
en leve cadencia se ha quedado,
restando por su cómodo reposo.
Trepa hacia un camino recto y elevado,
pues no hay tiempo que guardar en su cartera,
abierta hacia lo inerte o lo escabroso,
tanto así, como a la frase verdadera.
¡Escala! Que tu gracia es el verso pronunciado
y si suena, está bien dicho y es hermoso.
Escrito en Febrero 1994 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz.
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