dando saltos a la suerte y la fortuna,
entre dicha y agonía, existe una
y su efecto es inmediato y efectivo.
Una negra penuria siente el alma
y no acierto a comprender, si su motivo,
es tan sólo consecuencia de estar vivo,
pues destroza mi serenidad y calma.
Se me ciñe, cual cilicio y en su angostura,
brotan lágrimas y sangre que se seca,
en el gesto contraído de una mueca
y en mi rostro endurecido, allí perdura.
Escrito en Septiembre 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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