alma de llama sobre el horizonte.
Varado por ti y sobre ti, a la deriva
sin rumbo, ni guía, esperando una voz
que susurre :
Soy la profundidad, el misterio.
Métete en mi piel, entre mis poros.
Baja más abajo, al valle y lame
el crespón negro de mi orografía.
Busca con tus dedos la cima, para tocar
el cielo con tus manos y herir tu labio amante
con el roce de mis senos.
Dulcemente herirte, hasta deshacerte.
De pronto, mi voluntad se quiebra
y sigo el rumbo.
La sal y el agua siguen su curso.
Navego sobre ti, caudalosamente
hasta el remanso.
Soñando con gaviotas, me hago niño
y juego con la espuma y el nácar.
Hay un brillo cautivo en tus ojos
y soy feliz por recobrarte, nacida de las aguas
con los cabellos al viento.
Escrito en Agosto 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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