claustro al fin, de una madre siempre eterna,
navegando entre la calma y la galerna,
son humores que se agitan tristemente.
Somos agua, sentimiento y fluido,
afluentes de razón y desvaríos,
que hacia el mar de nuestra vida, somos ríos
que abandonan su experiencia y contenido.
Agua inmensa, desbordada en emociones,
que desplaza al corazón con ligereza,
cuando llega la zozobra y la cabeza,
no procesa ese caudal de sensaciones.
Somos agua entre la lágrima o sudor,
en el llanto incontenible en la alegría,
o la pena que vencemos cada día,
con un poco de paciencia y mucho amor.
Escrito en Octubre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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