que hiere mis ojos.
Curioso amante de imágenes y ternuras,
de tierras y emociones, mezcladas
en agua o saliva, de formas en las cuales
sepultar mi conciencia, para vivir de nuevo.
Un pulso de astros en las uñas, describiendo
una elipse en seda o pétalos de humo blanco.
Una vez más admiro tus caderas
y mis raíces son toscas,
masculinamente torpes, pero decididas
en su afán.
Tu cuerpo pende del árbol del tiempo
y mis raíces sin edad, no logran alcanzarte
por más que prolongues tu figura
sobre la hierba.
Escrito en Diciembre 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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