un ojal en la negrura,
para perder la cordura
entre el marfil de tu diente.
Estrella fugaz, silente,
luz creciendo en la espesura,
redondez de tu hermosura,
curvando el lecho yaciente.
Tu cuerpo, cuarto creciente,
cuerpo de Luna y figura,
de ingravidez y tersura
en el silencio mordiente.
Luna que acude a mi frente,
como una fruta madura,
matizando su frescura
entre mi mano caliente.
Escrito en Febrero 1994 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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