siempre remotas a la vista,
al cuerpo indemne, que lentamente
se aproxima.
Una mirada azul desde lo alto, lo más elevado
y una pupila de ardoroso amarillo, naranja
y rojo, en el hechizo del fuego estival.
La sal en el sudor y una sensación
de esparto, que se deshace
en la boca sedienta.
Un juego de sombras me persigue
sin alcanzarme.
Me sobreviene un deseo de fusión inocua
y permanente, que se halla dentro
de mí lúcida frente, buscando
una conjunción de astros que se pierden
en el éxtasis de mi mirada.
Escrito en Octubre 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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