ha quedado en mi interior,
porque me inundó el amor
hasta el fondo en mi conciencia.
Ni una vaga reticencia,
ni un asomo de rencor.
Ha brotado en mi, una flor
de blanca y pura inocencia.
Una luz embriagadora
envuelve mi paz y calma,
dejando limpia mi alma
con su luz renovadora.
Septiembre 1993 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario